El pasado mes de marzo Nancy Pelosi, titular de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, presentó un proyecto para avanzar en la legalización de 700.000 "dreamers", los jóvenes que llegaron al país  en su infancia e ingresaron como indocumentados, que actualmente están siendo perjudicados por las políticas de la administración de Donald Trump. En ese acto, la congresista se mostró junto a una estudiante mexicana nacida en Oaxaca que habló de su vida en  los Estados Unidos.

Según afirman fuentes del Partido Republicano a LPO, los planes migratorios de Pelosi habrían sido el detonante de la guerra comercial que Trump inició contra México la semana pasada con la amenaza de imponer aranceles de hasta un 25% a los bienes producidos al sur del Río Bravo.

Trump anunció aranceles del 5% contra las importaciones de México y se desplomó el peso

Por estas horas los senadores republicanos exploran en diversas reuniones diferentes caminos para bloquear la imposición arancelaria contra México.

Un día antes de que la Casa Blanca remitiera al Senado el T-MEC (el nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá), Pelosi le avisó al representante comercial de su país, Robert Lighthizer, que los demócratas solo acompañarían el nuevo Tratado si se establecían las bases para una nueva reforma migratoria que llevara parte de la letra del proyecto de Pelosi. Ante esto, Trump dobló la apuesta y se jugó con los aranceles como un mecanismo de presión contra Pelosi. Es obvio: el presidente quiere que la congresista sea la destinataria de todas las presiones del empresariado para votar rápidamente el T-MEC, eludir las tarifas y, desde ya, quitar del tablero cualquier negociación migratoria.

Fue tan brusca la reacción de Trump contra el propio Lighthizer que, como se comenta en la embajada mexicana en Washington, el representante comercial procedió a filtrarle al Wall Steet Journal y al Washington Post que él no estaba de acuerdo con los aranceles.

Desde ya, esta tesis obedece al planteo más racional. Pero también existe la teoría de que en realidad Trump ha desatado la guerra comercial con México para enviar un nuevo gesto a su base de votantes, donde rinde más una embestida de este tipo que el anuncio de la firma del T-MEC.